El Soñador de la Playa

Las personas suelen dedicar demasiado tiempo preparándose para caminar hacia sus sueños sin darse cuenta que están perdiendo tiempo.

El Miedo al Fracaso y el Perfeccionismo son dos de los grandes culpables de ésto. Aquí te regalamos un relato con moraleja que refleja lo descrito.


Cuentos Cortos: El Soñador de la Playa


Un hombre muy cansado por su trabajo decidió tomarse un descanso y se fue a caminar tranquilo por la playa el fin de semana para relajarse. Una vez más empezó a imaginar aquel día en que pueda cumplir sus sueños y no sólo estar trabajando día y noche atrapado en la rutina.


Empezó a pensar y a imaginarse a él en su anhelado Éxito, rodeado de riquezas y cosas que siempre le han gustado, con un auto muy bonito y una casa estupenda. Caminaba por la orilla mirando al cielo mientras imaginaba y escuchaba las olas del mar.

El hecho de imaginar aquellas escenas ya lo hacía sentirse feliz, pero sólo momentáneamente.

De pronto, se cansó de caminar y se sentó en la orilla. Tomó un grupo de piedras pequeñas y brillosas que halló a un costado y empezó a tirarlas al mar una a una mientras seguía soñando despierto.


Tardó cerca de dos horas en lanzar todas las piedras y cuando terminó se paró y se disponía a regresar a casa, a volver a su realidad y a su rutina.

Cuando empezó a caminar vio que un hombre se le acercaba corriendo y se asustó. Lo esperó para ver que quería y el hombre que venía corriendo se detuvo justo frente a él y le dijo:

¡¿Qué has hecho?!  – Le preguntó el hombre.

Te vi lanzando mis últimos diamantes desde lejos, pero llegué demasiado tarde. ¡Los había dejado ahí por un rato para evitar que me los roben pero tu los has lanzado al mar!



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En ese momento el hombre soñador se dio cuenta que había estado tan concentrado soñando cosas que le harían feliz, que no se dio cuenta que las piedras que tenía eran diamantes que valían mucho dinero. Es decir, no se dio cuenta de la riqueza que tenía en ese momento y en la vida real.

Muchas personas se pasan la vida ignorando el valor de las hermosas cosas que tienen en la vida y que pueden aprovechar en su presente y se limitan a estar esperando el “momento perfecto” para poder empezar a tomar acción y avanzar hacia nuestros sueños.


Muchas personas se conforman con sólo soñar por temor al fracaso y no se dan cuenta que el no intentarlo es el único fracaso asegurado.

Detente un momento y mira a tu alrededor. Date cuenta de todo lo que la vida te ha regalado y de todo lo que puedes hacer en ella.


Cada instante de la vida es un regalo extraordinario, depende de ti si lo aprovechas o si lo lanzas al mar.

No te quedes esperando el momento ideal, créalo tú.

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