IMAGEN DE ENTRADA - RELATO - EL CAZADOR Y LA LIEBRE

El Cazador y la Liebre

A veces podemos tener la tentación de ganar más de lo esperado. Este cuento corto el cazador y lo que le sucede es un ejemplo de lo que puede pasar si es que no pensamos bien las cosas y caemos en tentaciones innecesarias.



Cuentos Cortos – El Cazador y la Liebre


Este relato no es acerca de la liebre y la tortuga pero puede ser considerado dentro de la categoría de cuentos infantiles o para niños cortos para dormir como también de cuentos con enseñanza y moraleja para jóvenes y adultos.

Se trata de un cazador cuya familia padecía hambre y la esposa de este le pidió les trajese a ella y a su hijo algo para comer, sin importar que sea pequeño, pues tan sólo querían satisfacer su hambre de aquel día.

Aprovechando que era época de caza, el cazador salió al bosque en busca de algún animal para cazarlo y llevárselo a su familia.

Salió con su rifle y empezó a buscar cautelosamente sin poder encontrar nada. Luego de un buen rato, por fin vio lo que le pareció un conejo y era una liebre bastante grande y robusta distraída muy cerca a un árbol.

En lugar de darle un tiro con su rifle, prefirió acercarse silenciosamente por la caza de la liebre ya que pensó que sería ideal cazar al animal sin gastar balas.

Al fin llegó donde se encontraba la liebre y la cogió de un manotazo, sorprendiendo al animal. La liebre luchaba por escaparse pero no pudo hacerlo. El cazador sonrió y pensó que seguramente su esposa y su hijo estarán felices con su caza.

El cazador se encontraba regresando a su casa con la liebre en sus manos cuando de pronto, vio entre los arbustos un ciervo caminando tranquilamente. Pensó en darle caza pero recordó que ya tenía en sus manos a la liebre y además pensó que sería un poco difícil cargar con la liebre y el ciervo a la vez.

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Sin embargo, ante la tentación de obtener más de lo planeado, se decidió por ir a la caza del ciervo y lo apuntó con su rifle. Tiró del gatillo y para su sorpresa falló el tiro a pesar de que el ciervo estaba quieto.

Se dio cuenta de que había fallado debido a que no podía sostener el rifle con el equilibrio adecuado por tener en una mano a la liebre intentando escapar.

Intentó coger de mejor forma su rifle para intentarlo de nuevo pero para su sorpresa, al descuidar a la liebre esta se le escapó de la mano y huyó corriendo a gran velocidad.

Le restó importancia pensando que el ciervo sería una caza más grande, sin embargo, al apuntar nuevamente, vio que el ciervo ya se había escapado al escuchar el primer tiro.


El cazador quedó con las manos vacías y sin poder darle a su familia lo que necesitaba, y sintió arrepentimiento por haber tenido una ambición innecesaria que le había causado perder todo, cuando ya tenía en sus manos lo que necesitaba.

Debemos recordar que la ambición puede tener un precio muy alto, por lo que debemos siempre poner por delante la humildad y la visión de nuestras objetivos.

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